Biografía
Chiqui de Jerez nació para el baile.
En su infancia, la curiosidad por el flamenco la llevó a observar con admiración las clases de Cristóbal «El Jerezano» en La Plazuela, donde germinó su amor por esta disciplina.
Su camino como bailarina y bailaora comenzó en Jerez, de la mano de Angelita Gómez y Juan Parra, antes de ampliar sus estudios en Sevilla con grandes maestros como Manolo Marín, La Toná, Javier Latorre, Adrián Galia, Alejandro Granados, Antonio Canales, Mario Maya, Javier Barón, Eva Yerbabuena, Joaquín Grilo y Rafaela Carrasco. De su tierra natal a Madrid, cada paso la acercaba más a su esencia artística.
El esfuerzo y la dedicación dieron frutos tempranos. Los diplomas y reconocimientos se sucedieron, destacando la Matrícula de Honor con distinción en la Sociedad Danza Española, patrocinada por «Luisillo». Pero la inquietud de Chiqui la llevó a buscar nuevas formas de expresión, y en 1985 creó su propio grupo, «Jerez por bulerías», con el que debutó en el Teatro Cúpula de Suiza. Así inició un viaje que la llevó por tablaos y escenarios del mundo, antes de regresar a su tierra para compartir su arte con las peñas flamencas de Jerez.
En 1989, dio un nuevo paso en su carrera al comenzar a impartir clases de baile, abriendo más tarde su prestigiosa academia en la calle Empedrada, en el barrio de San Miguel. Alternó su labor docente con giras internacionales por Austria, Suiza, Italia e Inglaterra, dejando su huella en la Escuela de Baile de Londres.
Su evolución artística quedó reflejada en su segunda propuesta escénica, «Chiqui de Jerez», donde comenzó a explorar su faceta como coreógrafa. Este espectáculo la llevó a escenarios de Montreal y Québec, cosechando elogios y colaboraciones con artistas de la talla de Domingo Ortega. En 1996, su academia se convirtió en un semillero de talentos que presentaría en los Viernes Flamencos de Jerez y en muestras de jóvenes promesas.
Los años siguientes fueron una constante exploración de nuevos horizontes. Regresó a Londres, colaboró en la obra «Yo, el cante» y dejó su sello en el cine con «Pequeños Talentos». En 2001, su faceta coreográfica alcanzó nuevas cumbres con «Esa forma de bailar», estrenada en Filadelfia, y en 2005, «Sólo Flamenco» la llevó a recorrer América.
El viaje continuó con giras por Italia, Suiza y Francia. En 2007, interpretó una adaptación flamenca de «Carmen» de Bizet y, un año después, «Pasión Andaluza» y «A mi forma y a mi aire» la consagraron en Lausana. En 2009, «Con los tiempos» dejó huella en Suiza, mientras que su participación en el Festival de Jerez reafirmó su compromiso con la tradición y la enseñanza.
La transmisión del arte flamenco se convirtió en su mayor legado. En 2011, protagonizó «Pequeños Talentos», donde sus alumnos fueron el reflejo de su enseñanza. Su academia siguió siendo un referente, atrayendo a figuras como Belén Maya, Israel Galván y Farruquito. En 2013, junto a «El Chorro», presentó «Maestra y alumno», reafirmando su papel como mentora.
Los años siguientes la vieron recorrer España con «Esa forma de bailar», debutar en Francia con «Entre nosotros», y compartir escenario con grandes nombres en Cádiz y Jerez. En 2016, su arte resonó en el Teatro Apolo de Madrid, el Teatro Central de Sevilla y el Teatro Falla de Cádiz.
Hoy, Chiqui de Jerez sigue bailando, enseñando y creando. Su academia, con más de veinte años de historia, ha sido cuna de grandes artistas y su legado está presente en cada alumno, en cada coreografía, en cada aplauso. Reconocida con premios como el Premio Revelación del concurso VEO-VEO y la Insignia de Oro de la Peña El Garbanzo, su vida es el testimonio de una pasión inquebrantable por el flamenco.
Su viaje aún no ha terminado. Sigue en movimiento, llevando su arte por el mundo y nutriendo con su sabiduría a las futuras generaciones de bailaores y bailaoras. Porque el baile, en el fondo, no es solo un arte: es la vida misma, y Chiqui de Jerez la ha vivido con todo el compás de su alma flamenca.